De Vuelta al Barrio

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23:03

Reflexión de Navidad

Publicado por Edneit Ibañez Zamudio

“Cuentan que un hijo le dijo a su padre que quería ser mejor persona y un líder, y le preguntó cómo podía lograrlo. El padre le respondió que lo primero que tenía que hacer era estar consciente de sus conductas. Que cada vez que sintiera que había hecho daño a una persona, clavara un clavo en la cerca de su casa. El hijo aceptó el reto y empezó a tomar consciencia de sus actos. Siguiendo el consejo de su padre, comenzó a poner clavos con el martillo cada vez que hacía daño, maltrataba a una persona o no la respetaba. Luego de un tiempo el hijo dejó de poner clavos en la cerca, porque ya era consciente de sus actos y trataba bien a las personas. Entonces preguntó a su padre: “¿y ahora qué hago?” El padre le respondió diciéndole que por cada acto de bien y servicio que realizase, sacase un clavo de la cerca. El hijo nuevamente aceptó el reto y empezó, poco a poco, a sacar los clavos. Ya estaba despierto, era consciente y además se dedicaba a ayudar a las personas. En poco tiempo logró sacar todos los clavos. Contento, se acercó donde su padre, quizá con un poco de soberbia y le dijo: “¡he terminado! ¡Logré sacar todos los clavos! Finalmente he aprendido a ser una mejor persona, un líder”. Sin embargo, acto seguido lo asaltó una duda: “¿ahora qué haremos con todos los huecos que dejaron los clavos en la cerca?” El padre le respondió: “no los toques. Están allí para recordarte siempre que en tu camino de aprendizaje dejaste una huella de dolor en la gente y que gracias a su entrega, comprensión y colaboración ahora puedes ser la persona que eres”.

Quise empezar este post con la historia anterior porque narra el camino hacia la realización personal y que el primer paso que debe dar aquella persona para lograrlo es aprender a ser consciente, pues este es un elemento clave, ya que debemos darnos cuenta que en nuestro sendero encontraremos dificultades y desilusiones, pero detrás de cada paso dado hay una experiencia ganada y eso es lo mas importante. De esta manera quiero hacer una breve reflexión estando a puertas de la navidad y de celebrar la venida de nuestro Señor Jesús. Es un tiempo de meditación sobre lo acontecido durante todo el año, nuestros aciertos y desaciertos, nuestras limitaciones, compromisos y sueños. Es el momento de recordar que todos somos hermanos y nos debemos respeto los unos hacia los otros.

Aprovechemos estas fiestas para reflexionar y perdonar a quienes nos hicieron algún daño o hirieron inconscientemente y así comenzar renovado y con la satisfacción de sentirse bien para alcanzar la tan anhelada felicidad y realización personal. Compartamos lo poco o mucho que tengamos, en especial nuestra alegría y compañía con los menos afortunados y que el principal invitado en nuestra mesa sea la figura del recién nacido Jesús.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena esta historia como para reflexionar en estas fiestas de diciembre, se nota que si eres capaz de hablar de diversos temas de acuerdo a la ocasion jeje...
Sobre todo porque el relato enseña muchas cosas: las obras buenas y malas que hagamos y las huellas que estas dejan en nosotros y los demás, tal como los clavos en la madera de la cerca. Feliz navidad!