La “segunda ciudad más importante del Perú”, cuenta con una zona roja nocturna ya definida desde hace mucho tiempo ubicada en la Av. Miraflores, como ya lo había expuesto anteriormente en un post. ¿Pero qué pasa si nuestra billetera no está lo suficientemente llena como para gastar exorbitantes cantidades en un night club? ¿Quién no ha escuchado alguna vez la palabra “chongo”? Para quienes aun no lo conocen o por simple curiosidad, les invito a descubrir el prostíbulo más conocido de nuestra ciudad: La Colonial, el Trocadero Trujillano.La aventura empieza en la Av. Mansiche, no está de más volver a mencionar que la experiencia enseña que es mejor dejar el auto propio a buen recaudo. La esquina del Complejo Mansiche es nuestro punto de partida, donde nos aguarda el carruaje que nos llevara a puertas de nuestro destino. Un auto viejo de latas duras, color rojo chillón, bien llamado lancha nos espera. El conductor raudo nos invita a entrar, claro que esperaremos a que se llene el vehículo, y ya todos dentro se tendrá que pagar por adelantado la módica suma de S/. 2.50. Mas nada queda que esperar el inicio del recorrido hacia el centro poblado El Milagro por toda la panamericana norte. Cuando todo hace parecer que estamos saliendo de la ciudad al hacerse escaso la vista de viviendas y al haber transcurrido aproximadamente 7 minutos, el colectivo gira repentinamente hacia la derecha, donde metros mas allá se avizora un terreno grande lleno de luces y neón en la fachada.
No faltan los típicos sapos y chismosos que murmuran o hacen apuestas en la entrada cuando ven caras de tímidos y boquiabiertos debutantes. Al acercarte a la puerta tendrás que pagar mismo peaje la cantidad de S/. 2.00 por concepto de ingreso (tu sabes, ¡el mantenimiento!). Lo primero que veras será la acondicionada oficina del mandamás del local, muy ejecutivo él, preocupado en sus cuentas. Caminando por donde te lleven tus instintos veras un local iluminado de luces y paredes del mismo color rojo chillón. Las sobrinas de la necesidad y expertas en el ring de las cuatro perillas se ofrecen cual regalo de navidad exhibiendo sus carnes a media luz, pues se dice que así es mas provocativo (lo dudo, pero en fin), otras más avezadas se muestran como si fueran parte de un concurso de belleza. Para algunos que no tienen la nariz tan sensible como la mía y hayan pasado por inadvertido el olor del perfume barato casi mezcla de alcohol, jarabes y otras sustancias que prefiero desconocer, déjenme contarles que no es nada comparado con el fétido olor de los baños los cuales se percibe desde la entrada.
Quince soles es el costo de un “servicio normal” (llámese sexo vaginal o reproductivo) incluidas todas las poses que te puedas imaginar o mejor dicho realizar y si deseas algo mas, ¡pues preguntas! Si no estás muy convencido o la emoción de ver tanta mujer en paños menores te puso muy nervioso, no hay problema, nadie te botará, puedes seguir mirando y mirando, pasear por todo el burdel hasta que encuentres a tu “ideal partner” lo más cercano a tu fantasía sexual o fetiche.
Una vez preparado en cuerpo y alma, luego de tomar aire y haber encontrado a la “afortunada” es muy importante que sepas “llegar a un buen arreglo” previamente o de lo contrario te llevaras una gran desilusión y en esto tienen mucha razón los más experimentados. Si, lo sé suena extraño decir llegar a un buen arreglo pero esa es la verdad en el mundo de los bajos instintos, el no hacerlo te podría sacar del cuarto tu amante ocasional en menos de 3 minutos y eso es
bastante. Las meretrices tienen la costumbre de jalarte hacia sus puertas convencerte de muchas maneras inimaginables, es en estos momentos cuando un inexperto y puberto joven puede caer en las garras de una fiera que se lo llevara a su cuarto y sin siquiera desprenderse de sus prendas le hará botar todo ese estrés acumulado, pero ¡oh sorpresa! a penas te acariciaba y tu ya habías terminado ¿Cómo es eso posible? Ellas conocen muy bien su trabajo, por ende las zonas más erógenas del cuerpo masculino son su punto fuerte. Es por ello que un consejo, hasta de un conejo… Buen Arreglo. Al concluir tu jornada amatoria y salir del lugar con basta sonrisa de oreja a oreja, el auto de regreso a casa te esperara para llevarte al punto donde empezó tu travesía. Así que saca tus cuentas y mira si te sale a cuenta ahorrarte un floro barato y el flirteo monse que no muchas veces funciona. Irse de putas aun es muy común en nuestra sociedad.
